Google presentó Veo 3.1, su modelo de inteligencia artificial más avanzado hasta la fecha para generar video y audio hiperrealistas a partir de imágenes o texto. Esta versión, descrita por WIRED como “una evolución natural de Veo 3”, llega con mejoras significativas en fidelidad visual, narrativa y sonido.

“Veo 3.1 ofrece un audio más rico, un control narrativo superior y un realismo mejorado”, explicó el equipo de Google en su anuncio oficial. El nuevo modelo amplía las posibilidades de los creadores al permitirles dar vida a sus ideas con una precisión y una naturalidad sin precedentes.

Flow: el nuevo motor de IA cinematográfica de Google

La gran novedad de esta versión es su integración con Flow, el motor cinematográfico impulsado por IA de Google. Este entorno permite crear clips a partir de diferentes entradas, como imágenes de referencia o fotogramas específicos, para producir secuencias continuas con fluidez y coherencia estética.

Entre las funciones destacadas de Flow están:

• “Ingredientes a video”, que genera escenas completas a partir de múltiples imágenes de referencia.
• “Fotogramas a video”, que conecta imágenes iniciales y finales para crear una transición natural.
• “Extender”, que amplía clips cortos en videos de más de un minuto manteniendo la estética original.

Ahora, con la llegada de Veo 3.1, Flow también puede añadir o eliminar elementos dentro de una escena, ajustar sombras, modificar la iluminación y mejorar la coherencia visual. En palabras del equipo de desarrollo:

“Con funciones de edición más precisas y resultados de mayor calidad gracias a Veo 3.1, abrimos nuevas posibilidades para una narración audiovisual más rica y potente directamente desde Flow.”

Realismo visual y riesgos del contenido generado por IA

Uno de los aspectos más impresionantes —y a la vez más controvertidos— de Veo 3.1 es su capacidad para producir videos tan realistas que resulta difícil distinguirlos de una grabación real. Este nivel de fidelidad ha reavivado el debate sobre la proliferación del llamado AI slop o “basura digital”, es decir, el exceso de contenido generado por IA que satura las plataformas.

En declaraciones recogidas por WIRED, Silvia Martínez Martínez, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya, advierte:

“La experiencia en las plataformas podría no ser tan satisfactoria como espera el usuario, y aumentar el escepticismo hacia los contenidos, incluso si estos no fueron creados con IA.”

La saturación de material artificial podría generar una pérdida de confianza entre los usuarios y complicar la tarea de verificar la autenticidad de los contenidos, especialmente en redes sociales y medios digitales.

El debate sobre el uso de datos y la propiedad intelectual

Google no ha detallado los datos utilizados para entrenar Veo 3.1, pero un reportaje de CNBC señala que la compañía habría empleado parte de su gigantesca biblioteca de YouTube, que supera los 20,000 millones de videos.

Según Google, este uso se realiza bajo acuerdos específicos con los creadores y medios, con el fin de respetar su propiedad intelectual. “Siempre hemos utilizado contenido de YouTube para mejorar nuestros productos, y eso no ha cambiado con la IA”, afirmó un vocero de la empresa.

No obstante, varios creadores aseguran no haber sido informados ni haber recibido compensación alguna, lo que reaviva el debate sobre los derechos de autor en la era de la IA generativa. Expertos citados por CNBC advierten que el contenido de entrenamiento podría alimentar herramientas comerciales que compiten directamente con los creadores originales, sin su consentimiento ni crédito.

Una nueva era para la creación audiovisual… y nuevos desafíos

Más allá de la controversia, Veo 3.1 representa un salto cualitativo en la creación de contenidos digitales asistidos por inteligencia artificial. Su integración con plataformas como Gemini y Vertex AI permitirá a empresas, desarrolladores y artistas explorar nuevas formas de contar historias visuales con herramientas cada vez más accesibles.

Para Google, el objetivo es claro: consolidarse como líder en IA aplicada al video y la narrativa audiovisual, un terreno donde también compiten Meta, Runway y Pika Labs.

El reto, sin embargo, será garantizar que la innovación avance de forma ética y transparente, protegiendo tanto la creatividad humana como los derechos digitales.

Veo 3.1 no solo redefine los límites de la creación audiovisual, sino que también nos obliga a repensar la forma en que interactuamos con los contenidos digitales. La pregunta ya no es si podemos crear videos realistas con IA, sino cómo aseguramos que esa tecnología beneficie —y no desplace— a quienes crean con ella.